Laguna del Juncal

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Laguna del Juncal

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Protección:

Zona Especial de Conservación (ZEC)

Municipios:

Tafalla

Superficie (Ha):

60,49

Altitud (m):

382 - 392

Bioregión UE:

Mediterránea

Fecha de declaración:

Julio 2016

Otras figuras de protección:

Reserva Natural de la Laguna del Juncal (RN-23)

Laguna del Juncal

Bullicio en el humedal

Aunque sus atractivos naturales son bastante desconocidos, Tafalla cuenta con una pequeña joya en bruto, que pocos visitan pero que hace las delicias de numerosas aves acuáticas, entre ellas, una importante colonia de garzas. Es por ello que la laguna del Juncal es la niña bonita de los aficionados a la ornitología, un lugar para observar sin ser observado.

Hembra de escribano palustre Lander Goñi Irigoyen

La laguna del Juncal está situada en la Zona Media, en Tafalla. Esta Reserva Natural de 60 hectáreas de superficie es de origen endorreico, es decir, sin salida fluvial al mar, y para conocer cómo se formó hay que remontarse al Terciario, cuando el Pirineo, la Cordillera Costera Catalana y la Cordillera Ibérica surgieron para dejar entre sí una cuenca cerrada, aislada del mar, donde se formó un gran lago. El agua de los ríos que descendían de las montañas venía cargada de sedimentos que fueron asentándose y de sales, que quedaron retenidas, una vez evaporada el agua del lago. El aumento de la salinidad debido a la evaporación, favoreció el depósito de calizas, yesos y sales, lo que explica el origen de los yesos sobre los que se asienta la balsa. Tiempo más tarde, se abrió la comunicación con el Mediterráneo y la cuenca del lago se drenó a través del actual río Ebro.

Este humedal natural se alimenta de la lluvia, de la escorrentía (agua de lluvia interceptada en la cuenca), y de las aguas y aportes subterráneos de la fuente del Resano, un pequeño manantial que procede de la terraza suspendida que corona el Monte Plano.

Si bien es cierto que el funcionamiento hidrológico del humedal es clave para la conservación de sus hábitats, su verdadero valor reside en las aves acuáticas que se refugian en ella. La vida y el bullicio que generan no dejan indiferente a sus visitantes.

Los gritos y chapoteos de los zampullines comunes y las fochas comunes, los vuelos rasantes de los aguiluchos laguneros, o los picados de las garzas a “sus parcelas” son el día a día de la laguna. Estas últimas destacan por su plumaje blanco azulado, su gran tamaño y su figura esbelta. Son aves extremadamente gregarias, por lo tanto forman grandes colonias, y muy vinculadas al medio acuático. En su mayoría, pasan la mayor parte del tiempo cerca o dentro del agua. En cuanto a las aves invernantes, cabe destacar la presencia de un importante dormidero invernal mixto de aguilucho lagunero y de aguilucho pálido. Además, la nutria y el visón europeo utilizan esta laguna esporádicamente.

Orquídea espejo de Venus Eduardo Blanco Mendizábal
Garcilla bueyera Lander Goñi Irigoyen

La vegetación del Juncal es la típica de los humedales mediterráneos. Predominan los carrizales y fenalares  –un tipo de pastizal–, aunque también, como bien indica su nombre hay juncos negros, juncos marítimos y churreros, entre otros.

El entorno es predominantemente agrícola y, aunque hasta hace relativamente poco la mayoría del cultivo era de secano, la llegada del Canal de Navarra y la consecuente concentración parcelaria han hecho que el cultivo imperante sea de regadío en algunos sectores.

La Laguna del Juncal fue declarada reserva natural por el Gobierno de Navarra en 1987.

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Calandria común Eduardo Blanco Mendizábal
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Carlos Emilio Alonso Fernández
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Anade real Eduardo Blanco Mendizábal
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